Los bosques, los árboles, las plantas, las flores embellecen nuestros entorno, pero sobre todo son muy importantes para la generación de oxígeno y tienen una función trascendental en el medio ambiente. Si recordamos, hace más de 50 años en nuestra ciudad, en nuestras casas cultivábamos árboles frutales, algunas verduras y plantas de ornato; en la casa de mis padres, en la parte posterior, en el traspatio sembraban aguacate, guanábana, papaya, plátanos, guayaba, limón y luego cosechaban esos frutos.

Con el paso de los años, en la ciudades empezaron a construir desordenadamente, sin tomar en consideración la conservación de los recursos naturales, atentando contra el orden ecológico y de esa manera afectamos nuestro medio ambiente, repercutiendo terriblemente en el cambio climático, producción agrícola, inundaciones, deslaves, así como en el calentamiento global.

Hace algunos años a muy pocas personas les interesaba la reforestación, pareciera que la mentalidad era construir sin planeación para el futuro, sin una estrategia en el desarrollo del medio ambiente y sin importar contaminar el manto freático, dejando muy pocos espacios para la vegetación y la reforestación.

Existe un dicho popular: “Dios siempre perdona, el hombre algunas veces, pero la naturaleza, nunca”.

Con el paso de los años, en pleno siglo XXI, tenemos las más graves consecuencias, ahora parece que la asignatura primordial es la ecología, la conservación de los recursos naturales. Nunca es demasiado tarde y hoy es el momento para reflexionar, cada persona puede hacer algo por nuestro medio ambiente, podemos comenzar con cosas sencillas, que a la vista de todos pueden ser insignificantes, pero con el paso de los años será trascendental; por ejemplo, no desperdiciar el agua, depositar la basura en los recipientes establecidos, proporcionar agua a nuestras árboles y plantas de ornato, separar la basura en orgánica, inorgánica, involucrar a nuestros hijos y familiares en el cuidado del medio ambiente y otras actividades para la protección del medio ambiente.

Dios les otorgó al hombre y a la mujer la potestad de todo lo creado, la naturaleza, los bosques, los animales, las aves, los peces; por lo tanto, debemos ser buenos administradores de los bienes que nos han otorgado.

Es nuestra obligación que dejemos un mundo mejor a nuestros hijos, más habitable ecológicamente y mejor en todos los aspectos. Cada uno podemos hacer algo al respecto, poniendo nuestro granito de arena en la medida de nuestras posibilidades. De esa manera habremos cumplido nuestra misión en este mundo en materia de preservación y protección del medio ambiente.- Mérida, Yucatán.

FUENTE: http://yucatan.com.mx/editoriales/opinion/el-medio-ambiente