Día Mundial del Medio Ambiente

15:23:00


Como cada año, desde 1973, los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas celebran hoy el Día Mundial del Medio Ambiente. No obstante, la crisis ambiental ha irrumpido en los últimos 40 años como una crítica a la degradación generada por el crecimiento económico y a la absurda racionalidad de la modernidad; abriendo en el campo de la prospectiva social, el imperativo de la construcción de un futuro sustentable.

En este escenario habría que señalar que el propósito de internalizar los costos ambientales y los principios de la sustentabilidad en los paradigmas de la economía, ha generado un cambio discursivo disperso y no ha logrado establecer un dominio científico homogéneo; es decir, no existe una visión única que permita abordar el maridaje entre la ecología y la economía, y en consecuencia asumir la responsabilidad de construir equilibrios entre desarrollo y medio ambiente.

En 1999, durante la Primera Conferencia sobre Economía y Política Ambiental para Argentina y el Cono Sur, celebrada en Buenos Aires, Enrique Leff -uno de los principales autores de la teoría y la praxis del ambientalismo en México y en América Latina- advertía que al abordar el tema de la economía ecológica o la economía ambiental, lo primero que debiéramos hacer es preguntarnos sobre el origen, la génesis y las causas de la problematización que hace la ecología a la economía desde la manifestación de diversas problemáticas socioambientales emergentes. ¿Por qué se le presenta a la economía, la necesidad de resolver problemas que hasta este momento consideraba como temas externos a su paradigma de conocimiento; al punto que el ambiente emerge como lo impensable de la economía? ¿De dónde viene esta crisis ambiental, que se manifiesta en los altos niveles de contaminación del aire en las ciudades, los problemas de abastecimiento y calidad del agua, la erosión y salinización de los suelos, así como el calentamiento global del planeta?

En los últimos años, en el plano científico, se han difundido ampliamente nuevos estudios e investigaciones acerca de la ciencia del clima, los impactos del cambio climático en las distintas regiones y países, las brechas tecnológicas, y financieras para hacer frente a estos retos, y los requerimientos en materia de adaptación y mitigación. De acuerdo con datos publicados por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2007), los Estados Unidos, con 4.6 por ciento de la población mundial, generan el 21 por ciento de las emisiones de CO2, de manera que las emisiones per cápita ascienden a unas 20 toneladas métricas, es decir, una huella climática nueve veces mayor que la de un habitante medio del mundo subdesarrollado.

Según las estadísticas, las emisiones de gases de efecto invernadero de los países altamente desarrollados se incrementaron en 12.8 por ciento entre 1990 y 2007, y en los Estados Unidos, el aumento fue de 15.8 por ciento en ese periodo. El 55 por ciento del incremento neto de emisiones registrado por los países industrializados en estos años correspondió a los Estados Unidos.

No obstante, la crisis económica global y del cambio climático significan retos socioeconómicos y ambientales que requieren soluciones multilaterales que resulten equitativas, pues son problemas generados, fundamentalmente, en el mundo desarrollado, pero los más afectados se ubican en el área subdesarrollada. Estos últimos países tienen un alto grado de vulnerabilidad ante el cambio climático, así como frente a las crisis económicas globales. Aquí confluyen ambos factores de riesgo pero la capacidad de respuesta del Tercer Mundo es sumamente limitada.

Los gobiernos de los países desarrollados han movilizado, con gran celeridad, cuantiosos recursos financieros para salvar a las instituciones del sistema bancario internacional, pero la respuesta no ha sido igual frente al cambio climático ni frente a otros retos socioeconómicos y ambientales del mundo actual.

En México, en el año 2013, el agotamiento de los recursos naturales como el agua subterránea, los bosques maderables y el petróleo alcanzó un monto equivalente al 1.1 por ciento del Producto Interno Bruto, mientras que el monto de los gastos del sector público para la protección del medio ambiente fue de casi 149 mil millones de pesos, cerca del 1.0 por ciento del PIB nacional, esto de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Es decir, efectivamente, nuestro país gasta en medio ambiente seis veces menos que el daño que genera.
FUENTE:http://www.oem.com.mx/elmexicano/notas/n3830505.htm

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